Muchas veces es posible que hayáis vivido esta situación: os estáis pintando las uñas de vuestro color favorito, habéis esperado pacientemente a que se sequen, os habéis estado quietas durante 20-30 minutos...
Y de pronto, comprobáis que han aparecido unas pequeñas burbujas en la pintura de vuestras uñas. El efecto queda horroroso y estropea la visión de unas uñas lisas.
¿Cómo evitarlo? Fácil. La aparición de estas burbujas se produce al aplicarnos una segunda capa de pintura o brillo cuando aún la primera capa esta húmeda. Posiblemente, al tacto, esa primera capa de esmalte parezca seca, pero muchas veces puede mantener humedad. ¿La solución? Simplemente alargar el tiempo de aplicación de esa segunda capa o brillo; deja pasar alrededor de una hora y continúa con tu manicura o pedicura.
De todas formas, es primordial cuidar las uñas antes de la aplicación de la pintura, así que es recomendable realizar un tratamiento hidratante antes de comenzar a pintar.
En caso de que algo haya ido mal y esas molestas burbujas hayan aparecido, siempre puedes mojar un algodón en quitaesmalte y, suavemente, acariciar la superficie de la uña, de manera que las burbujas desaparezcan y la uña quede lisa. Es importante no apretar mucho con el algodón, ya que corres el riesgo de quitar la pintura además de las burbujas. Es una solución bastante servible, aunque el brillo de la pintura termina un poco más opaco de lo natural.